De hospital a Senado, la vida secreta de la Casona de Xicoténcatl

La antigua sede del Senado fue antes colegio, hospital y lugar de memoria histórica; hoy resguarda arte y legado político

La antigua Casona de Xicoténcatl, reconocida hoy como patrimonio y monumento histórico, fue mucho más que la primera sede del Senado de la República; antes, funcionó como noviciado, colegio jesuita y el Hospital General de San Andrés, donde se atendió a cientos de personas durante la epidemia de viruela.

Su nombre proviene de la calle donde se ubica, llamada así en honor a Santiago Xicoténcatl, integrante del Batallón de San Blas; por ello, popularmente se le conoce como “Xico”, explicó María de Lourdes Inclán, arquitecta y maestra en historia del arte.

Durante su conferencia “Antigua Sede del Senado de la República, Casona de Xicoténcatl, número 9”, María de Lourdes Inclán detalló que el edificio concentra elementos de historia, arte y política. Su arquitectura es de origen colonial, con cimientos del siglo XVII, y ha sido modificada a lo largo del tiempo según las necesidades y momentos políticos.

En 1900, el presidente Porfirio Díaz ordenó su restauración. Posteriormente, en 1931, fue adaptado como sede legislativa y, en 2014, la Mesa Directiva del Senado decidió devolverle su aspecto original.

La especialista recordó que, cuando el edificio aún operaba como hospital, en sus instalaciones fue embalsamado el cuerpo del emperador Maximiliano de Habsburgo, luego de ser fusilado. Años después, el inmueble quedó en el abandono, hasta que en 1931 se convirtió en recinto senatorial.

El Senado de la República ocupó la casona hasta 2011, año en que las y los legisladores se trasladaron a la nueva sede ubicada en Paseo de la Reforma e Insurgentes.

Entre los elementos arquitectónicos más representativos se encuentran los vitrales de las puertas del antiguo pleno, elaborados entre finales del siglo XIX y principios del XX. También destaca la talavera poblana del patio central, colocada durante la última remodelación.

La Casona de Xicoténcatl conserva piezas únicas del muralismo mexicano. Inclán mencionó que en sus muros hay obras de Silvia Pardo y Jorge González Camarena, exponentes de estilos como el expresionismo, el surrealismo y el cuadratismo.

Los murales representan episodios clave de la historia nacional, como la Independencia, la Reforma y la Revolución. Entre los personajes retratados están José María Morelos y Pavón, Valentín Gómez Farías, Sebastián Lerdo de Tejada, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza y Belisario Domínguez.

Además, las obras evocan la conquista espiritual, el progreso, la ciencia, el arte y el pensamiento ilustrado, consolidando a la Casona como un espacio de memoria viva.